Déjame

Déjame sanar el alma
bajo el roble,
ni siquiera me mires,
detente, no te llegues.
Déjame apartado,
en un momento de piedad,
déjame en silencio un tiempo,
como calla el viento,.
Déjame sanar el recuerdo,
necesito la frescura y la humedad del musgo,
sanar mis ideas , la libertad del ser,
sentirme agua del arroyo.
Bájame la luz , déjame en penumbras,
para renacer de un sueño,
como renace el amor,
como renacen las hojas,
donde renace la vida.
Deja tu tibieza suspendida,
como suspende el muérdago,
sobre la inocencia.
Déjame solo para volar sobre la nada,
quiero en el vacio, descubrir plumas en mi pecho,
alas en mi escapula.
Déjame despertar renovado, como la vid al mundo,
sin una mancha, sin una lagrima, sin pecados, sin delito,
pero no te vayas, no te canses, solo espera
que en mi trascender te necesito.

 

Hermoso! Un gusto acercarme. Saludos.

 

La expresión soberbia de una obra fantástica, divinas letras emocionantes.