Del diario de Claudia. Cuando ella sufre y lloro yo.

A veces lloro en las noches, aun cuando no salgo de mi habitación.
Lo sé porque mi almohada se despierta mojada y empapada de escamas de sal.
Y mi habitación amanece lúgubre y oscura como boca de lobo.
Con un concierto triste de cantos de pájaros muertos que han salido de mi cabeza cuando maté a la ilusión.
Quizá son mis recuerdos los que en la noche me invaden y no son solo sueños.

De esta noche solo recuerdo el ruido de una escala que a mi castillo invadía.
No hay nada de valor tras estos muros, grité a los asaltantes.
Aunque no advertí violencia en ninguno de ellos.
Mas sí vi que huían muchos de los habitantes de este castillo gris que es nuestra fortaleza.
Entonces caí en la cuenta de que quizá, no nos asaltaban , sino que nos abrían las puertas a la libertad.
Ayude a varios a bajar, les quise infundir esa Fe que yo tengo adherida en la pieles del alma.
Les susurré al oído a mis amados , que nunca perdieran la Esperanza, que ella les llevaría a lugares inimaginables.
Les insté a que nunca vendieran su Libertad, que no dejaran que nadie arrancara ni una sola pluma de sus alas.
Les animé a que añadieran a sus pensamientos cada día una dosis de Ilusión.
Y que la Paz fuera siempre su bandera. Incluso que no olvidaran que la interna era mas preciada que la externa. Que sin la paz externa, podías morir por fuera, pero sin la interna, ya estabas muerto, pues ni a ti mismo te amabas, ni te consolabas, ni te acariciabas.
No dejemos que otros nos roben nuestro tesoro más preciado.
Les recordé lo importante que era la Entrega a un ideal, pero que ese ideal no fuera ni infundado, ni instalado por otros. Sino ese que uno mismo ama hasta la muerte y entiende que verdaderamente valdría la pena morir por él.
Convéncete de ello antes, no dejes que te convenzan.

Yo no pude acompañarles, no pude bajar la escalera y les vi alejarse en medio de una oscuridad serena.
No podía, mi mochila era muy grande, muy pesada y la escala no soportaría ese peso. No podría correr por aquel bosque para alcanzar la meta de la libertad.
Me quedé a solas con mi equipaje, lo abracé contra mi pecho y supe que mi mochila se llamaba Amor, y que en él tenia todo lo que necesitaba, al menos para sobre vivir.

Esto no es una historia triste, como les dije a mis amigos, cada cual debe gobernar su vida, y si quieres morir por un ideal , siempre que no dañes los de otros claro está, nadie debe impedírtelo. Así que, esto no es una triste historia, solo es un convencimiento de muerte por un ideal...Un ideal que se llama Amor.
Por el cual yo, daría la vida.

SHA

 

tantos matan en nombre del amor y otros se suicidan en el nombre de él que ironía cuando el amor debería ser libertad y felicidad muchas veces sólo es sacrificio y dolor...entonces yo me pregunto ¿para que amar tanto?
me encantó leerte
Saludos

 

Verdaderamente, a veces no vale la pena amar profundamente, Luna. Pero por otro lado, aun el dolor que deja el amor cuando se va, es dulce como la miel, que es capaz de maquillar la hiel que deja la ausencia.
Muchas gracias, hoy me doy cuenta que fuiste tú la única que leyó mi prosa y sin embargo la han rescatado.
Comparto contigo mi alegría.
Gracias Luna Roja.

 

Oh, Mamen y más miembros del jurado, muchas gracias por tener en cuenta estas aventuras de Claudia. Muchas gracias por la sonrisa que ahora se dibuja en mi cara. Muchas gracias por el ánimo que me dais.
¡Que contenta estoy!
¡GRACIAS POETAS!

 

Enhorabuena por este nuevo nuevo galardón bien merecido.
Me alegra mucho al descubrir que tus pensamientos, sentimientos son disfrutados por muchos lectores y a su vez sean reconocidos por ellos.
Un enorme abrazo querida amiga y mi admiración.