1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Del percance al amor (continuación)

Tema en 'Prosa: Amor' comenzado por claudiorbatisti, 28 de Diciembre de 2017. Respuestas: 2 | Visitas: 480

  1. claudiorbatisti

    claudiorbatisti claudiorbatisti

    Se incorporó:
    23 de Noviembre de 2016
    Mensajes:
    1.840
    Me gusta recibidos:
    2.291
    Género:
    Hombre
    [​IMG]

    Parte tercera

    Era tarde, y la urgencia estaba agolpada de gente, que tenía un resfriado, ancianos e hipocondríacos que en lugar de llamar a urgencias decidieron pasar la noche en la sala de espera con su código verde o amarillo. Un par de choques traseros causados por la fuerte lluvia y tres o cuatro chicos con vendajes en la muñeca, hielo sobre un tobillo, collar semirrígido en el cuello. El entorno estaba agolpado, con demasiado calor, caótico y deprimente.
    Un primer médico rellenó una hoja con los datos de Alicia, mientras Fabio esperó aparte. Después, le dieron una bolsa de plástico con hielo para aplicar en el tobillo y la ayudó a estenderse sobre una camilla, dónde se las arregló mejor con una caja bajo la pierna para que la tuviera ligeramente levantada. Pareció no creerle cuando Alicia le explicó que había ocurrido y dónde sintió el dolor. Aquella mirada la irritó, y cuando el médico en plan de bromas le dijo:
    - ¿Ve, Señorita? ¡No debe salir a hacer compras cuando llueve!
    Ella respondió:
    ¡Hey!, ¡Ante todo no fui a hacer compras pasé todo el día entre las clases de la facultad y una reunión en el despacho donde trabajo!, ¡Además tengo otras cosas más interesantes que hacer, antes que venir a urgencias, ¡Tengo compañías más interesantes que la suya, con quien perder el tiempo!
    La sonrisa socarrona desapareció enseguida de la cara del médico que tragó un poco de saliva y ya no dijo nada.
    Luego su camilla fue llevada a un pasillo, mientras un enfermero esperó que vinieran a recogerla para llevarla a radiología. Una espera que pareció infinita. Fabio no se alejó de ella un instante, Alicia dentro de sí quedó muy agradecida.
    Un par de sms a Juan para ponerlo al día, y un par también a su madre. Juan no contestó, probablemente el partido había comenzado y estaba jugando. La madre respondió brevemente de mantenerla al día.
    Después de los rayos x (fractura de la cabeza de la tibia) la camilla volvió a esperar en urgencias.
    Al médico que la vio primero lo miró y le dijo:
    - ¿Vió que no fingía? Él balbuceó algo y luego se dirigió a otros pacientes en espera.-


    Cuarta parte

    Mientras tanto Fabio se alejó, y algunos minutos después regresó con dos emparedados y dos botellas de agua. Alicia se ofreció a pagar su parte, pero él no quiso aceptar.
    Comieron en silencio, se hicieron la diez y media de la noche y ambos estaban cansados y hambrientos, Alicia también estaba desolada y nerviosa. Le dijo que ya había estado en el hospital, que había sido muy gentil, pero que ahora podría regresar a su casa, para secarse, para luego irse a dormir. Pero él fue inconmovible, y le dijo que quería quedarse hasta que no la hubieran ubicado en una habitación,
    Ella llamó por teléfono a su jefe.
    Sr. Pasculli, la llamo para decirle que estoy en hospital: volviendo a casa me he resbalado y me he roto la tibia: sí, ya sé que debería llamar a la A.R.T. Pero no tengo idea cómo funciona el sistema con el fondo de desempleo. Pasaron no más de diez minutos cuando Pasculli la volvió a llamar para decirle que se informó, que lo ocurrido era incompatible con el fondo de desempleo y por lo tanto esta situación la ponía en dificultades con el programa empresarial y cosas parecidas, Fabio la escuchó contestar desesperada:
    - ¡Ay mire Usted, no me estoy aquí en el hospital por diversión, tendré que ser operada y no me lo he buscado!
    Y en cuanto ella cortó la comunicación, le dijo sonriendo:
    -¡ El ciertamente no es uno que me las manda a decir!
    Quizás Alicia lo miró detenidamente en aquel momento por primera vez: Fabio no era mucho mayor que ella, y también era muy bonito, o quizás no, bonito no es el término exacto: bonito se usa generalmente por los machos narcicistas e inexpresivos, en cambio él era interesante, fascinante, con una mirada profunda y una sonrisa segura de si mimo. Habría querido decirle algo, pero de nuevo el enfermero vino a recogerla para llevarla a ortopedia. Fabio esta vez no los siguió.
    El médico estuvo claro, cuando vio las placas: el apoyo de la tibia estaba fracturado y la intervención era necesaria para aplicar dos tornillos que cerraran el hueso. Obviamente esto habría importado un cierto período de inmovilidad, y luego una larga fisioterapia, etcétera etcétera La única preocupación de Alicia fue preguntar:
    -¿Pero podré volver a caminar como antes? ¿O quedaré coja? ¿Claudicante?
    El médico comprendió sus preocupaciones y la alentó que si seguiría todas las prescripciones, podría de nuevo, no sólo caminar, pero también correr y saltar. El médico también le dijo que en ese departamento no tenían disponibilidad, y que tendría que llamar otros hospitales para informarse sobre la disponibilidad de la rehabilitación. Alicia esperó. En el ínterin un enfermero le cortó la pierna de los vaqueros empapados y le aplicó una especie de bota, un medio yeso provisional con un vendaje estrecho que le mantendría la pierna inmóvil y ligeramente doblada.
    En el hospital de otra ciudad tenían disponibilidad de cama y posibilidad de intervenir quirúrgicamente. La llevarían en ambulancia, porque era absolutamente necesario que quedara inmóvil tumbada para no empeorar la situación también haciendo involuntariamente peso sobre su tobillo.
    De nuevo sms a Juan y a su madre, para comunicar el traslado. Ninguno contestado por ambos. Probablemente se durmieron. Ya era de noche Alicia saludó a Fabio con gratitud, pensando que quizás él solo había querido ser gentil, mientras que para ella él había sido algo más: un apoyo, una presencia familiar, de cualquier manera un reaseguro, alguien de quien había tenido necesidad, una especie de ángel de la guarda. Se intercambiaron los números de sus celulares.
    La ambulancia prendió las luces destellantes, pero no fue necesario prender la sirena, porqué la autopista estaba solitaria.
    Al llegar al hospital quedó sorprendida al encontrar nuevamente la mirada de Fabio, que había seguido en silencio la ambulancia en la noche.
    Solo para asegurarse que tuviera todo aquello que pudiera servirle, Había encontrado en el trayecto una estación de servicio con un mini mercado abierto y le había comprado un cepillo de dientes, un dentífrico, una botella de agua y un libro. Un verdadero ángel de la guarda.
    Después la enfermera que la ayudó a pasar de la camilla a la cama le dijo:
    – ¡Que dulce es tu novio!
    Alicia la miró y sintió una especie de tristeza en su corazón cuando le respondió que no era su novio, pero que la había solamente socorrida en la calle y acompañado al hospital. Mientras hablaba pensaba en Juan que se había quedado jugando su partido de tenis, pensaba en Juan que no le había creído, que la había minimizado, pensaba que Juan no había estado junto a ella, cuando ella lo había necesitado.
    Examen de sangre y visita al anestesista nocturno, en el silencio general del sanatorio. Tanto hacia que no había dormido igual. Sentía una suerte de amargura en la boca, le faltaba un soporte, le faltaba una presencia que la hiciera sentir segura, que no podía ser Juan, ya lo sabía con certeza. En aquellas horas antes del alba, compredió que esa caída no había sido un problema, mas bien un evento porvidencial que había disipado aquella suerte de niebla que desde hace tiempo la ofuscaba... Mientras el sol salía, Alicia tenía las ideas claras.
    Al alba llamó a Juan el respodió somnoliento y fastidioso, le dijo secamente:
    – Hemos terminado, te dejo...
    y colgó la comunicación. Se sintió aliviada, estaba asombrada de no sufrir más... Después miró por un instante el celular y decidió apagarlo... Si él había comprendido o no sus palabras, mientras dormitaba, ya no le importaba.
    Enfrentó la operación com un espiritu nuevo. Durante la operación no pensaba en su pierna que venia movida y sacudida por el taladro, ni en las voces de los médicos y de los asistentes. Pensò que esa lluvia que había caído era una ocasión para recomenzar y lo haría...
    Cuando la llevaron en la camilla de vuelta a su habitación y la subieron a la cama, Fabio estaba allí, sentado esperandola. Afuera el sol resplandecía, un sol cálido y luminoso La lluvia de anoche era solo un recuerdo.
    Ningún otro estaba allí para atenderla: Juan evidentemente había escuchado el mensaje, y Alicia se sinrió aliviada.
    Fabio le había traído unos chocolatines y su sonrisa


    Fin

    claudiorbatisti
     
    #1
    Última modificación: 28 de Diciembre de 2017
    A Hannah Alarcón G. le gusta esto.
  2. Hannah Alarcón G.

    Hannah Alarcón G. Poeta asiduo al portal

    Se incorporó:
    28 de Agosto de 2016
    Mensajes:
    378
    Me gusta recibidos:
    319
    Género:
    Mujer
    Los percances que nos tumban de alguna manera, son una oportunidad de aprender, renovarse, saber con quien puedes contar y en ocasiones aceptar que no están quien se supone deben estar.

    Con este final... tal vez valga la pena tener que caerme para conocer a Fabio, jaja.
    Saludos.
     
    #2
    A claudiorbatisti le gusta esto.
  3. claudiorbatisti

    claudiorbatisti claudiorbatisti

    Se incorporó:
    23 de Noviembre de 2016
    Mensajes:
    1.840
    Me gusta recibidos:
    2.291
    Género:
    Hombre
    Estimada Hannah Alarcón:
    Estimada amiga no sé si podrás conocer a Fabio, pero si te ha dado la oportunidad de conocer a Claudio, quien lo creo y a mi me dió la oportunidad de conocer a Hannah compañera de letras, te agradezco de corazón tu lectura y comentario, aprovecho la oportunidad de desearte un feliz año que se inicia con mis mejores deseos. Quedo en deuda contigo y seguramente será un placer leer tus letras. Con cordialidad y afecto te saluda. Claudio
     
    #3
    A Hannah Alarcón G. le gusta esto.

Comparte esta página