Delirando en Post de mis dias

Delirando en Post de mis días©



Recostado en el ataúd
de mi pieza y divisando
el portal del cielo y el infierno,
miro con familiaridad
al hombre que esta flotando
y jugando con la luz de mi lámpara.

Me quedo mirando sus
enormes y blancos ojos
pardos de energía divina,
sus onduladas pestañas
representando a la luna
menguante de mí recamara.

Noto en él una mirada
psicópata y tranquilamente
reflexiva.
Su suave barba ovejera
que con ella tejen las horas de mi vida
abriga mis noches de tristeza
al irme a dormir.

Al ojo humano diría que su estatura
no alcanza más allá
del metro 70.
Pero se ven en él un
intenso fuego de grandeza
cerrando la boca todo aquel se le aparezca.

Su cabellera es de suntuosas enredaderas,
pero amargas como el café con gotas de pena
y melancolía.
Se resalta en su piel húmeda,
las lluvias internas de su joven generación,
que ha sufrido totalmente por amor.

Sus manos son las de un amante
a las mujeres,
a las notas musicales
y a la belleza del arte de dibujar autorretratos
con lápiz pastel negro en la pared.

Se denota en la suavidad
con que toca un instrumento musical
bajo la luz de la luna,
y la caricia que siente al tocar
el aire que respira mientras duerme.

Se ve también que en su hombro
sostiene un libro del príncipe
de Maquiavelo.
De buenos gustos literarios
tiene él y de la historia en general
se enamora cada día al leer.

Lo que se ve también de él
es la cantidad infinita de marcas que se ven
en su ceño.
Un hombre pensante que expende un olor a cenizas del pasado,
pero a la vez su estrés lo domina hasta llevarlo
a la desesperación infinita de la vida.

Me es imposible mirarlo a la cara,
ya que esos ojos muestra la pena constante
del día a día.
La soledad en que vivió un tiempo
lo sigue como sombra en la oscuridad
debajo de un árbol de flores azul como el zafiro.

Pero, se baja el telón
y la obra se da por terminada.
Ahora se ve en el una sonrisa magistral
como estrella colgadas en el azul cielo
de su estadía por el mundo de los mortales.
Siempre sus ojos brillaran
para subir y alcanzar
todos sus sueños por realizar
en el otoño rojo de su andar.
Y a pesar de lo vivido
se aprende con los ojos
las cosas que ha tenido
y perdido.

 

Hermoso, un trabajo excepcional, muy bello.

 

muchas graacias por los halagos. Cualquier critica es bienvenida