delirio de un loco

[center:6b36546bfd]Gritos y solo gritos se escuchan por todas partes.
Los oídos no soportan tantos gritos.
Las cuatro paredes me asfixian.
Estoy vestido de blanco,
Como si eso purifica lo que he hecho.

Las luces brillan auque tenga los ojos cerrados.
Tengo una sensación dulce en mi boca
El sabor de un primer y último beso.

Vienen y van las imágenes,
Son personas que visten de blanco.
Agujas, pastillas vienen a mí,
Como dándome la bienvenida a mí nuevo hogar,
Donde pasare una larga temporada tratando de escapar de mi mismo.
Pero se que será imposible porque no quiero escapar.

Vuelvo a desvariar,
Es la única sensación que me recuerda ese feliz y libre momento,
Donde lo que veo es la cara de una mujer,
Solo su cara, una sonrisa hipnotizadora.
Y escucho una voz suave en el medio de mi estado.
Mi garganta se seca.
El dulce sabor que alguna vez sentí en mi se convierte amargo.
Pero eso no detiene las ganas de quedarme en ese estado,
Donde la cara de la mujer y su voz,
Me dan la seguridad que pierdo en la realidad.

No quiero salir, quiero estar acompañado de mi alucinación.
Las agujas y las pastillas ganan la partida.
Salgo de la grandiosa ilusión y caigo al suelo.

Con la cara contra el suelo,
No recuerdo nada de lo que ha sucedido.
Pero la ilusión que me ha llevado a este lugar esta frente de mí,
Y viene acompañada por hombres que visten de blanco, igual que yo.
Lo que los diferencia de mí, es que ellos dicen estar cuerdos.

Dejo que ella se me acerque,
Se que la podré tocar y asegurarme que la ilusión,
Producto de mis desvaríos, será real.
Toca mi cara, me mira a los ojos.
Y con su voz hipnotizadora, me dice que todo estará bien.
Trato de tocarla, pero los hombres lo impiden y desvanecen.
Ya no distingo nada, ni realidad, ni fantasía.

La realidad no es buena amiga,
Pero la fantasía se convierte en mi peor enemiga.
Es la causante de todo lo que me esta pasando.
Las sombras de mi cuerpo se reflejan en la tétrica pared,
Y se burlan de mí.

Una de las sombras adopta la forma de la mujer de mis ilusiones.
Me llama, corro eufórico hacia la sombra,
Y sin darme cuenta caigo de nuevo al suelo.

Esta vez con la mirada fija al techo,
Río a más no poder de mi desgracia.
El sueño me vence cierro los ojos,
Y me desconecto de la locura.
Por un instante me sentí libre de ella y volví a despertar.

Aún somnoliento y con la vista borrosa,
Se acerca la misma mujer.
Esta vez viene sola.
Me habla, pero no quiero escucharla.
No quiero tocarla y no quiero correr hacia ella.
Pero la siento tan real, su voz tan cerca.

Quiero pensar que es otra de mis ilusiones,
Pero esta vez es muy real.
Tan real que toca mis labios con sus dedos,
Y después se acerca lentamente para darme un beso,
Y escapa rápidamente por la puerta que solo ella
y los hombres cuerdos que visten de blanco saben abrir.
Trato de seguirla, pero el miedo de caer al suelo me impide.
La dejo ir.
Se que regresará a tratar de volverme más loco de lo que ahora creo que estoy.

Después de calmar el miedo,
Escucho otra vez los gritos
Y más gritos que en un principio atormentaban mis oídos.
Pero ahora los escucho de forma diferente.
Uno de los gritos es de ella.
Trato de escuchar lo que quiere decir,
Pero no logro saber que es lo que quiere.
Y entra uno de los hombres cuerdos,
Me da un saludo de amigo,
Y me inyecta como su más despiadado enemigo.

Esta vez las inyecciones suprimen los gritos,
Y el grito de ella se extingue.
Empiezo a ver arañitas verdes, caminan sobre mí
Pasan por mi cabeza, se acercan a mis oídos.

Y empiezan otra vez el grito de ella, pidiendo que la libere de su locura.
Dice que ve imágenes de un hombre que se parece a mí,
Y que le habla, la hipnotiza.
El es la causa de sus delirios y su estadía en este lugar.
El efecto de lo que corre por mis venas, llega su fin.

Y vuelvo a la fantasía o realidad.
Ya ni se donde estoy.
Pero lo que si se, es que no soy el único loco en este lugar,
Y que alguien esta afuera esperando que yo la libere,
Cuando yo mismo soy Prisionero de mi propia locura.


En un momento de lucidez,
Trato de abrir la puerta para escapar a donde esta ella.
Empiezo una lucha cuerpo a cuerpo con la puerta,
Donde hay un solo ganador, y no soy yo.
Pierdo esta partida, pero se que si lo vuelvo a intentar ganaré.
Pierdo el instante de lucidez.
Y comienzo otra lucha encarnizada, pero esta vez el ganador fui yo.

Salgo rápidamente sin saber donde esta ella,
Pero de pronto vino a mí como una señal
Su grito tormentoso y desgarrado, que me decía:
¡Ven a mí! ¡Solo corre, corre hasta el final!
¡Ven, para ser felices en nuestra propia locura!

Pero al llegar al final del pasillo,
Me esperaban los hombres cuerdos, con una sonrisa escalofriante.
Y detrás de ellos había un cuarto donde pude ver su cara.

Corrí hacia ella,
Como si pudiera atravesar todo lo que se interponga entre mi objetivo.
Pero fue en vano, porque justo cuando estaba llegando,
Los hombres cuerdos cerraron sus puños,
Y caí desmayado, al suelo.
Después de la escena heroica,
Solo quedaba el dolor y la insatisfacción de no lograr lo que quería,
Ella estaba atrapada en su delirio.
Y yo, fuera de la cordura y adolorido.
El dolor es el recuerdo más cercano a ella y para ella un delirio.
La voz hipnotizadora es el recuerdo más cercano a mí.
Será así por siempre, hasta salir de estas cuatro paredes que nos asfixian.

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Profundo, real, y mas que todo estupendo!

Besitos de manzana,