Delirios de Grandeza

DELIROS DE GRANDZA

En la ciudad de los condenados
Viven aquellos desalmados
Sin honra, pasión ni orgullo,
Solo creen en un manuscrito suyo

En la ciudad, donde los Ángeles
Moran en forma de mujer
Y los hombres, no tienen ningún placer
Mas que admirarlos en sus cárceles

Viven soñando en la profecía
Que fue escrita aquel día
Por un vagabundo siniestro
Que se llamaba de Dios maestro

Creía fervientemente en ella
El ángel celeste que bajaría
Con la mas larga cabellera
De bellas curvas en ellos se fijaría

Abrazaría al mejor fiel
Aquel de todos mas blanca piel
Y le permitiría sentir el amor
Y librarse así del dolor

Le aria sentir placeres mundanos
Sabores y desconocidos olores
-Llamadle, decía, rey de los humanos
Pues no debéis tener mas temores

De sus pensamientos cárcel decía
Liberaos de barrotes impíos
Si soy Díos todos sois hijos míos
Si fuese el demonio nadie mas amaría

Con la sonrisa mas siniestra
Entre delirios de sutil grandeza
Creía tener en su mano diestra
La llave para extinguir la tristeza

A todo el pueblo consiguió guiar
A trabes de un oscuro pasadizo
Oscuros demonios parecían brotar
Con el suelo por savia escurridizo





Horas y horas caminaron sin fin
Bajo la promesa del triste Mesías
Su rostro teñido ya por el color carmín
Aparecieron súcubos y arpías

Las vencieron sin mas dilación
Falsas mujeres, nuestra perdición
Solo alcanzarán el ansiado cielo
Aquellos que huyan del falso clero

Oyendo el sonido de violas inquietantes
Atravesando la tenebrosa oscuridad
Sin mas ropa que la serenidad
Ni mas arma que miradas penetrantes

La libertad está cerca, demasiado
No la sentís ¿? En el aire brota
Sangre pisaba su diestra bota
Y azufre respiraba el desarmado

Pronto empezó sinuosamente
A moverse entre la gente
Al regodearse por sentir la felicidad
Y a reírse pues sabia toda la verdad

Llegaron pronto al punto mas alto
-No lo entendéis- y miro al cielo
-Dios verdadero de ti estoy ya arto
Se tumbo de rodillas y miro al suelo

Entre risas, lloros y convulsiones
Mirando a sus fieles seguidores
- Para Dios no somos mas que peones
Y para ellas no mas que adoradores

Pero yo tengo la clave dictaminó
Vuestra cárcel es vuestra frente
Y vuestra libertad elocuente
Tumbado, sonriente en la esquina se quedó.

Su libertad parecía ser su demencia
Su realidad, parecía ser su existencia
Su felicidad, parecía ser su locura
Mas ahora sus sueños no tenían censura.

 

ME GUSTA TU POEMA.

JOP Piobb