Delirios de una noche.

En el receso
de juntar nuestros excesos,
nos fundimos con los besos,
nos tejimos con los labios.
Mientras el tiempo
nos enseñaba el proceso
de este amor algo travieso,
que eligió volar amando.
Dime princesa,
si puedo contar el cuento,
de mis pies en tus cimientos,
de tu miel sobre mis labios.
¿Sabes querida?
El dolor puede curarse
si el amor no sabe a herida
y la piel juega a entregarse.

 

Gran obra, un gusto leerte, saludos.

 

Muchas gracias, el gusto el mio, hasta otra. Un abrazo

 

Bello, el amor como balsamo para todo. Me gustó amiga Gloria. Abrazote vuela. Paco.