Deme una batalla

¡Señoría, Juez, señor!
¡Deme una batalla!

Que anhelo la metralla
volando en derredor

no sirvo para lo civil
ni para callejoneadas

se me atragantan las hadas
entre lo manso y servil

mi cuero se hizo para el fuego
acostumbrado a las zarzas

no para sedas y chanzas
que viven sosas para el luego.

¡Señoría, Juez, señor!
No me invites hacia el ruego

que mi vida ya es un juego
por culpa del amor.

¡La amo!... ¿Está bien?
Ya no puedo negarlo

este amor para entregarlo
no basta un día ni cien...

Me vuelve loco la condenada
y para no perecer

o por ella enloquecer
te pido me mandes a la cañada.

¡Señoría, Juez, señor!
Tal vez, ella por mi no sienta nada

mi alma tiene cautiva y encerrada
mejor huir que no recibir su favor.

©®Todos los derechos reservados bajo el nombre de Jorge de Córdoba, Barak ben Asís, Cesarfco.cd​

 

Me ha saldo un ¡¡oooolé!! cuando he terminado de leer semejante obra,maravillosa en todos los sentidos,un placer pasar Cesar

 

¡Qué energías poeta! ¿Preferir la guerra segura a una batalla incierta? Potentes versos amigo César.

Un abrazo.

 

Estoy segura que te corresponde...enamoradas líneas, César
un abrazo y busca una noche de estrellas para decirselo , aquí te mando mil y reputación.
Rosario

 

Gracias Tomaldo, por pasearte entre estas líneas.

Un abrazo.

 

Hola César, que bonito, pero no huyas, afronta esa batalla que solicitas. Saludos
¡SONRIE!

 

Muy bonito poema si

 

Gracias, mi buen Cipres.

Valoro tu visita y comentario.

Un abrazo.

 

Què se puede hacer ante un poeta que ama de tal manera y le da una soluciòn tan asombrosa, buen recurso y buenos versos, un beso, Pilar.

 

GRacias mil Rosario.

Valoro, y mucho, tu visita y comentario.

Un abrazo.

 

esas batallas se ganan con mucha honra, suerte poeta

 

Si no era huir... era solo parte del cortejo que no me atrevía a iniciar.

Un abrazote Mujerbonita. Gracias por leerlo y comentarlo.