Demencia

Demencia

La oscuridad es un cortejo de sustituciones,
pasos en la oscuridad en una nube de silencio,
un ámbito, donde la demencia muestra su rostro,
cuantas veces le di la ocasión de mostrarse,
cuando con los ojos cerrados, le dije, -háblame-.

Pero ella callará solo cuando me silencie
y se negará a salir a la luz de mi mente
indicando la hora más pura del ocaso,
en él creeré ver hojas secas mecidas al viento,
cada un caerá como parte de su última danza.

Hasta que la terrible soledad me dió miedo
y creí escuchar los pasos de un merodeador
que sigiloso estrangula mujeres en el parque;
creo con seguridad ver cadáveres sueltos,
con tatuajes azules en sus cuerpos yertos.

Soy una criatura privilegiada viendo sombras
que se mecen al viento, en la tarde gris de invierno,
el silencio en la presencia irreal de las cosas
es la representación imaginaria de los hechos
que por ser tan irreales, no son para lectores cuerdos.



Marta Marques



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Sórdida realidad la que has plasmado por aquí, Marta; imágenes casi estentóreas en el sonido de su drama particular sonoro. La cordura cuando asalta al ido, puede ser tal vez peor que la locura, a la que ya estaba acostumbrado aquél. Un fenónemo empírico que se repite en cada uno de nosotros y probablemente viene grabado ya en el ADN. Un ápice de locura no insana entre tanta cordura social.
Abrazos

 

Estimado Pablo, todos tenemos tanto de cuerdos como de locos, como tu dices viene en nuestro ADN es la escencia del ser humano, pero nadie se puede considerar dueño de la cordura absoluta sería un absurdo. Gracias por pasar y dejar tu hermoso comentario. Marta