Demonios

Hay demonios
que hondan presurosos
en la carne de mi sombra.
Y preguntan porqué no me extraigo
las venas, me suturo los ojos
o me coso los labios.
Me ato las manos y de paso
me extingo en la llama del solsticio,
me ahogo con la tarde
o me dejo fulminar por la noche
y su fusil, certero, de estrellas.
Hay demonios bajo el alma,
por encima y por detrás,
que clavan sus dagas punzantes
y sumergen en aguas melancólicas,
que tatúan a carbón la espalda
y degollan, a hierro, los pies.
Demonios que braman
como el gemido anunciado
y galopan en el silencio enfurecido
como la voz brava que se desangra.
Demonios sobrios y embebidos
caminando con la planta desnuda
entre páramos desarticulados,
bebidos y ebrios, espejos cotidianos,
de la herrumbre y el reflejo.
Demonios que no huyen
y tampoco escapan
porque quedan deshojando los huesos
y fluyen en la exacta concavidad
de la vigilia insomne.
Y viven el palacete de la mentira
y en la verdad de las entrañas.
Demonios entre demonios.
Pero ninguno como la metáfora
que mantiene en su sano juicio
al ángel de la locura.

 

Vaya Alex qué suerte tengo de poder leerte. Empieza una y no puede parar y mientras los ojos recorren tu poesía, entran ganas de decir "es cierto, eso mismo me ha pasado a mí".

Seguiré leyendo y releyéndote con mucha admiración.
Un beso,:::hug:::

 

Es genial tu manera de escribir amigo. Felicidades

Un saludo.