Dentro del psiquiátrico

Con el regusto amargo de los fármacos en la boca,

con el sueño pegado a las pestañas,

con la monotonía de todos los días

me despierto

y comienzo a buscar sentimientos

que me liguen a llevar

una realidad llevadera.

El sonido de la música en el patio,

el trino de un ave

o una sonrisa al aire.

El imaginar de una ansiada lluvia,

la fuga de una fugaz risa

o el simple ahumar por las mañanas.

Buscando buscar un algo de algo

que me anime los pasos,

que tire pa'lante,

encontrar la clave

que me anime en todo caso.

Mientras, recuerdo el eco de un adiós,

un, no cumplido, volveremos a vernos,

el contestar al cuándo nos vemos

un ya veremos,

la sin razón de un hasta luego

que insinuá

que no nos veremos de nuevo.

Y en el filo de la monotonía

hago malabares,

mascando los recuerdos.

Y día tras día,

argumentando hasta mentiras,

lucho por no quedarme en silencio.