Desahogo (Párabola)

Con un peso en la espalda y en el corazón un hoyo. Con el estomago revuelto y la sensación de que algo me falta. Es en estas condiciones en las cuales me desperté esta mañana.

Recordé su rostro tímidamente buscando el mío y el aroma de su alma cuando en los rayos del sol por aquella ventana reflejaban mi esperanza. Y me acordé de que ayer lo vi. El corazón latía tan rápido que era imposible atender o dar respuesta alguna. Los minutos pasaron tan aprisa que solo tuve tiempo de perderme en su mirada.

Otra vez....

Es imposible no notarlo. Su aura es como un imán y; te atrapa esa magia de su mirada de la mano con el misterio que ocultan sus ojos, se desvanece la intensidad del respiro, por parte mía.

He sufrido yo el silencio que guardan sus labios, y el saber que pertenece a alguien más ha sabido ser la causa de mis desvelos y la razón de mi inexistencia. Por quien suspiran mis suspiros y se hacen eternas las más frías madrugadas. Por quien el aire no siente y ni siquiera las despistadas ramas de los árboles dignan moverse.

He logrado reunir en mis adentros, como otras tantas veces, la fuerza necesaria para expresarle mi sentir, pero esta fuerza desaparece al notar su desinterés y es ahí donde termina de romper los pedazos de mi corazón, los que ya había roto él.

No he sentido en mi vivir un sentimiento más intenso, pero es prohibido si ese ser esta en otro rumbo. Nuestros mundos son dos líneas paralelas, que a lo largo de la vida nunca se unirán; como dos ángulos incongruentes; como un teorema de Pitágoras; como toda esta oración sin matemáticas... Como la vida de un pez sin el agua.

Podría usar la frase de que somos como el agua y el aceite, pero están tan la lejos nuestras existencias, que ni siquiera esa comparación se asimila.

Y es que su perfección es extrema. El es donde acaban los males, las tristezas, las penas, los problemas y comienza la alegría. Es probable que sea él la razón por la que me levante cada día.

El es diferente, extraño tal vez, pero es esta diferencia lo que lo hace interesante, misterioso... Es esta diferencia lo que me hace querer conocerle por completo, aunque se que lo conozco. Lo conozco más que a mi, porque en el descansa mi alma, y es su espíritu lo que llena mi cuerpo. Lo conozco más que a mí, porque es su vida la que vivo y a la sombra de su sombra he cobijado mis días. Lo conozco más que a mí, porque no existe razón para mi razón y es que no hay lugar en mi corazón para nadie más, ni siquiera yo misma.

Se que llora al pensar, sin saber el real motivo. Se que vive como yo bailando al ritmo de los sentimientos, de cada latido, de las miradas. De esas palabras nunca dichas y de los gestos que nunca se han brindado. Se que el atardecer lo molesta y lo alegra que amanezca. Se que le molestan los días donde la lluvia no huele ó donde el sol no brilla; donde los pájaros no cantan y el viento sopla leve.

Se que despierta dormitando y ve una cara que no conoce, pues en sus sueños me cuelo, como la mariposa se posa en la flor. Que examina cada detalle de aquel bello recuerdo que no reconoce de sus días anteriores. Pues en sus vidas pasadas fue mío, tan mío como yo de él. Se que en esta vida me tocaba tenerlo y lo deje escapar, que por cosas y desvanes del destino conmigo no lo puedo tener.

Se que le arde la mirada de esquivármela con los días, y se que le pesa el corazón y el cuerpo por llevarme dentro. Se que no tiene arreglo, y capacidades le sobran. Se que es inteligente y que es un romántico empedernido. Que tiene en los ojos anhelos y aspiraciones; que no sabe que es hermoso.

Que es un ángel vestido de negro. Que es un regalo de Dios para mí, pero no se ha dado cuenta.

Que me conformo con tenerlo cerca, aunque él no sepa que esto existe en mí. De que no es amor lo que siento, sino mas bien una desgarradora obsesión pasiva que terminará por desbordarme de pasión, por arrancarme el alma, y será todo su culpa, su culpa aunque se que sin intención.

El no conoce de estos desvelos, de este llanto. Del silencio sin cura y el mal que atosiga mi mente y desprende cada uno de los sueños en que aparezcamos la felicidad, él y yo.

Pero el no lo sabe y no seré yo quien se lo diga, pues me atormenta la amistad que con quien lo posee mantengo. Es una pasión engañada que crece con el paso de los días. Mientras más prohibida, más intensa.

Quiero que te enteres que la estructura de mis huesos no se quebrantará con el paso de los años, que mi corazón no se romperá por más que lo lastimen, que mis lagrimas, por más dolor que sienta, nunca lastimarán mi rostro... Puesto que guardaré mi vida para ti…

Porque mi vida es vida si tu eres feliz...Aunque tu felicidad no sea conmigo....

Beija Ruiz