Desahucio

Escuché el silencio en casa de los abuelos.
Ya no tintineaban las tazas de té y las cucharas, quedó vacío el asiento de cabecera del gran comedor.
Se disipó el aroma de tu perfume… tu loción de la mañana.
Ya no estabas, Padre.
Ya no estabas.

No necesitaba que me lo dijeran,
lo supe desde que escuché el teléfono timbrar.

Pusiste un pie afuera y tu esencia ya me había abandonado, ya no actuaba como bálsamo.
Dejaste de actuar,
Dejaste de ser,
Me faltas,
Pero ya no estás.

Padre, ya no estás.

 

Sentidos y bellos versos de ausencia.
Saludos

 

Hay recuerdos que quedan prendidos del tiempo y no se borran jamás. Un placer leerte. Un saludo.

 

Saludos, Fara.

Este poema se acerca mucho más al realismo a diferencia que el otro que presentaste. Ya que manejaste bien las pautas básicas de la literatura minimalista en los primeros versos desarrollando lo descriptivo fuera de los sentimientos del autor. Todo eso bien manejado hasta que la narración se volcó una obra más de factor emotivo, nostálgico, triste por parte del autor al agregar las aclaraciones: “Me faltas, padre, pero ya no estás”

Para que me comprendas mejor; debes tener en cuenta que las obras realistas rechazan toda carga emotiva, sentimental por parte del autor dejando solamente que el contexto de la vida real sea el que sugiere los hechos al lector.


Por esto mismo se siente presente lo emocional como un canal hacia el lector elaborado por el propio autor dejando al poema fuera de los rasgos minimalistas habituales del realismo.

También debemos ver el lado que este poema tendrá una mejor acogida de parte de los lectores en el foro de nostálgicos por la misma trama tratada. Lo muevo para ahí.


Un abrazo.