Desamor con mucho amor

La Jesusa está viejecita
Con un marido moribundo
Que juntaba puñados de cañas.
Tres nietos de mirada silente
y mano descarada.
La Jesusa ya está sola
Dos gatos ,pulgas y una araña,
Moscas vuelan por la casa.
¡Pom ,pom ,pom!
La mula pega coces,
Bajo la estanza
Vibran las paredes y las miserias.
En la cocina guisa recuerdos
De dos hijos y una esperanza.
La Jesusa ha caído
Y se ha roto la cadera,
No ,primero se rompe siempre,
Después cae la señora,
Lo sé ,soy del gremio.
Tres dias pasan y ya muerta encontrada
En la mano derecha tres monedas ,
una foto en la izquierda.

 

Bella inspiración en el trabajo magnífico, alta calidad estupenda.
Jorge Lemoine y Bosshardt, "Estrella Máxima" de Mundo Poesía.

 

En un mundo desvalido, cuantas Jesusas pasan sus días en el olvido, la pobreza es una gran tenaza y la muerte entonces es un ángel liberador... y cada historia lleva su propio sello, como esas tres monedas y esa foto en la mano yerta.

Saludo tu manera tan bella de contarnos esta historia.

Un abrazo

Giovanni

 

Triste pero bella historia por tu manera de contarla. Hermoso poema. Me gustó amigo saturno. Un abrazo. Paco.

 

gracias ,paco ,Giovanni y Gorge.Por desgracia esto pasa a menudo.
Los hijos no quieren tanto como los padres a los hijos.
Está escrita de manera sencilla ,sin pretensiones pero con amor.
Un saludo a los tres y nos vemos.

 

Ay esas roturas de cadera a ciertas edades. Tienes mucha razón; primero se rompe la cadera y después te caes… lo sé porque es lo que le ocurrió a mi madre hace unos años.
La Jesusa, brava mujer; que hacen falta dos para llevar la casa y mantener a las moscas a raya. De las ilusiones y desilusiones de la vida ni hablamos… y de las manos que siempre piden tampoco.
¡Qué puta es la vejez cuando se desasiste!
Me encantó este poema tuyo en el que el olvido se cobra sus víctimas.
Un saludo hasta Saturno, compañero de aquí al lado.

 

Gracias ,Alonso ,por el comentario y hasta pronto.

 

Magníficos y profundos que nos muestran el abandono en que han caído los ancianos mayores, desde la pobreza hasta el olvido de sus hijos,porque la conveniencia de sus quehaceres no los deja acompañar y guarecer a sus mayores. Un placer pasar por su su grito contra la injusticia de aquellos que son quienes nos dieron la vida y nos enseñaron a vivir, reciba mi más cordial saludo.