Desamor

Te marchaste y entonces,
cortejo mi llanto la ansiedad,
enamoro mis ojos el silencio,
se desojo el verbo que te llama,
desapiado el espacio tú distancia,
me otorgo grises lo que fuimos.

Al marcharte,

se endureció el verde de tus ojos,
en otra imagen herida de pasado,
de un tiempo en el que tanto nos amamos,
en un eternidad de tiempos y de olvidos.

Te marchaste y me quede,

con las riquezas de un infierno entre las manos.
Y de otro infierno tus besos en mis besos.
Se me murió una ilusión en la carne,
y en el alma se me apagaron sueños.

Se aparto de mi la luz y el aguacero,
de las lágrimas de un amor desenfrenado,
se encharcaron en baches de sentires,
que por sentir me fui quedando ciego.

Y una vez agria la fruta del sendero,
que caminaste conmigo aquellos años,
al decirme tantas veces tus te quieros,
al corazón al fin le has hecho daño.

 

Bello poema en su arte melancólico, parece paradójico, pero estos versos describen un hermoso amor. Un abrazo, saludos cordiales

 

gracias por leer y comentar un gran saludo

 

Subyugante melancolía que me atrapa