Desapareciendo en paz

Me vi en el dolor de forjar mi propia filosofía, de mirar a las nubes, mientras ellas se precipitaban solemnemente. Maneje por el desierto, con el aire que entra por las ventanas como único consuelo. En batallas en las que me hice tan fuerte. Despidiendo vapor de la boca, frente a una máquina de escribir, un termo de café, a las afueras de una facultad, me hice tan fuerte.
Perdí tanto y hable tanto de nada, que ahora me encuentro en años en los que no doy tregua.
Pero siempre vuelvo a los puntos en los que te recuerdo, profundamente. Mis parpados caen como pesados telones, y no sé si mis sueños conspiran a mi favor, o me profanaban. Al devolverme a épocas de fuego y de tanta pasión en tu piel, a dos cuerpos al filo del pecado, en plena manifestación del amor mas abrupto.
Me despierto, y me arrastro a no dejar tu ilusión hasta que la muerte misma de ella me separe. Me veo obligado a crear distintos mundos en páginas, hasta ver que en uno de ellos me correspondas. Hasta que en uno de ellos, me encontré contigo ya sea en la vejez y pase contigo los últimos años de mi vida.
Porque no en el diplomas, o en cualquier otro éxito definido por el mundo. Sino a tu lado podre rozar los límites de la existencia, y desaparecer en paz.