Descaminante

El sonido oscuro del dolor azota descaminante, vive sombrío suspendido en las frías miradas aleatorias.

Sus cuerpos grises buscan refugio disimétricamente en la lluvia tétrica de la tarde.

Bajo el vientre de la ciudad fermenta ese sabor discordante y húmedo.

Puedo ver que aceleran el paso inconscientemente, como esperando en silencio el frío de la nada. De transeúntes melancólicos se viste la ciudad.

La noche abraza y perturba.

Miles de angustias esquivadas, nos sobrevuelan e intentarán invadirnos, partiendo quizá desde los rincones más absurdos. Disimiles, revestidos por empañadas calles perennes.


Desopilado puedo leer en sus gélidos rostros, narraciones mórbidas y prosodias inarmónicas inconstantes.

He materializado algunos de los pensamientos crónicos, como si en ellos, vegetara aquella nostalgería derrideana del Monolingüismo Del Otro.

Con un compás dark melodiosamente oscuro, busco emular sonidos tétricos, que me eyecten de aquí.

En tanto siga caminando sin rumbo lo lograré.

Esta micela formada por recortes de tela acuosos, surge desde una tierra abstracta, extrañamente diluida en la ingeniería fantástica que habita en las mentes.


Se mirar de frente y buscar en aquellos momentos lúgubres, la fantasía de lo monótono.

Aunque de ello me valga esta sordidez.

Son parte de mí.

Se han formado desde el ensimismamiento de colores imaginariamente huraños.