Descansa y duerme...

Descansa y duerme,
hay sombras en el cielo
y lloverá.

Cuando despiertes,
podrás seguir tu rumbo
hacia el Olimpo.

Guarda tu lira,
tus lápices y plumas
y que descansen.

Es necesario
que el verso y el poema
estén a punto.

Para que acudan,
nerviosos a los labios
y a las pupilas.

A los primeros
en voz potente y clara
que los recite.

Y a las segundas
por medio de tus letras,
en las cuartillas.

De todas formas,
descansa, buen amigo,
no tengas miedo.

Porque a tu lado,
la Musa, con su magia,
velan tu sueño.

Rafael Sánchez Ortega ©
18/11/21​