Desde Darwin (Malvinas, julio 2012)

No me abandónes,
hermano de mi patria.
Mis despojos, no quieren
quedar en esta isla
y sus heladas aguas.
Preciso volver a ver
mi pueblo, mi casa.
El arroyo del verano
con su aroma a junco
y sus tardes de mojarras.
Tengo que cuidar
mi ranchito y mi majada.
Hay una cruz para mí,
donde mis abuelos
en Dios descansan.
No me úsen para ganar
una guerra, de palabra.
Caí peleando en vano
por el oscuro interés
de los que grítan y mándan.
Dejá que mi paisaje
sea la escuelita blanca,
el árbol que planté
en la pequeña plaza.
Malvinas es un sueño
al que yo le dí alas.
Lleváme de vuelta con vós.
Debo anidar ... allí,
dónde fué felíz mi alma.

 

Conmueve, es una maravilla de poema tocante y muy sentido, estremecedor de hermosura preciosa.

 

Muchas grácias por tu comentario, lo aprecio particularmente. Estuve tentado de no publicarlo, por la polémica que representa. Si bien hace ya muchos años que las polémicas no me interesan. Un abrazo.
Luis Elissamburu.