Desde los ojos de la vida

Dios me ha hecho un regalo
y no se que hice para merecerlo.
Esencia de mi Alma plasmada en mi vientre;
por tinta mi sangre y mi carne por papel.
Tu inquietud en mis entrañas es la mejor de las caricias que puedo recibir como mujer.
Sin haberte visto aun, te quiero y te conozco más que a nadie en este mundo.
Un amor que nada más ha de esperar a cambio que la ilusión de tenerte algún día entre mis brazos.
Mi cuerpo, tiempo y libertad, el más alto precio que podría pagar, por la felicidad de dedicarte el resto de mi vida.
En mi interior, mi orgullo crece contigo por hacerme formar parte de algo tan grande: del milagro de la vida. De tu propia vida; mi amor.
Ansío el día de tu llegada y no me asusta el dolor, pues no podría ser tan intenso que no compensase tal regalo. Un regalo que yo; no se que hice para merecerlo.

 

Hola Miguel, un relato que emociona, lleve el toque de los milagros,
ES ella hablando al ya esta engendrando una vida en su interior.
Cuando una mujer siente la vida en sus entrañas, es dadora de vida.
Estamos en la luna creciente, si no es ficción, ese amor de mujer esperanzada, ilusionada es como el árbol expandiendoce en raíces en las profundidades de su fértil tierra, su propio cuerpo. Un cuerpo que es un templo que el niño/a, eligió para nacer.-
Me ha encantado, si he entendido bien, es una mujer esperando un niño al que sin conocer ama tener entre sus brazos.

 

Eso es, una embarazada.
Me alegra que te guste. En el texto en papel, tenía una dedicatoria:
“A todas las que son madres, lo han sido o lo serán”

 

Podrías haberlo dejado digo a la dedicatoria, y de seguro lo debes a experimentado si tienes hijos.
No solo a las madres nos cambia la vida. A los hombres también.
Conozco un medico naturista, que me salvó la vida. Es muy joven, y siempre habla
de la relación, del vínculo de hijos y padres y viceversa. Me siento una enciclopedia en me cabeza mis pensamientos, mis carreras. Nada sirve, nada que haya leído te sirve.
Tu niño que toma tu dedos con esas manitos, la hace para siempre aunque te hagan abuela/o.-
Un abrazo, un buen trabajo en prosa sin duda.-

 

Lo cierto es que no tengo hijos, ni mucha intención de tenerlos, solo empatía.
Gracias de nuevo por el comentario, Catia.
Un abrazo