Deseo prohibido

Quisiera estrechar sus pechos
y al palparlos sentir el placer
que ella siente, y tal gemir placentero
se impregne en todo mi ser.
Quisiera que estruje sus senos
excitada guiando mis manos;
quisiera, pero no puedo;
quisiera, pero es pecado.

Quisiera acariciar su cintura
y que sus manos se deslicen por mí,
que su lengua a la mía se una
y elevemos ese instante febril;
exaltarlo al máximo punto
de con avidez llegar al orgasmo;
quisiera, aunque sea un minuto;
quisiera, pero es pecado.

Quisiera sentir en mi piel
trajinar su lengua hasta los poros,
y haciéndole lo mismo también
hacerla gemir de harto asombro.
Quisiera fusionar nuestros cuerpos
hasta el extremo acalorados;
quisiera, pero no puedo;
quisiera, pero es pecado.

Quisiera en mi cuerpo sentir,
en todas partes de su lengua el jugo,
que hubo recorrido hasta exprimir
mis lujurias todas; calor sumo.
Quisiera empaparla de besos
y acarrearla hasta el máximo grado;
quisiera, pero no puedo,
quisiera, pero es pecado.

 

Muy buen poema amigo de las pampas, la poesia no es pecado afortunadamente, gracias por regalarnos estos versos.
Un abrazo cordial.
Alaric.