Desfile de rosas

Sentado junto a la ventana no veo pasar el tiempo,
pasa el día, pasa la mañana y también mis sueños,
las nubes bailan mientras surcan el inmenso cielo
y las hojas secas de otoño las imitan camino al suelo

el viento juega libre y sereno acariciándome la cara
y las aves cantan un himno al greñudo sol naciente
que se despereza calmo en el horizonte a paso ligero
mientras baña con luz las altas copas de los árboles

reposado desde el alféizar miro un jardín esmeralda
adornado con flores de todo color, aroma y textura
en un magno desfile de rosas y claveles de ensueño
cuyo contemplar hace a la mente suspirar y viajar

el sosiego descansa en las cosas más insignificantes,
cosas que vemos día a día y no reparamos apreciar,
pero que están allí esperando pacientes y hermosas
para hacer que el alma vuele con tan sólo respirar.​

 

Sentada delante del monitor, estoy leyendo estos magníficos y reflexivos versos, es un placer coincidir con tus pensamientos, ya que en la vorágine en la que vivimos, nos perdemos de ver y disfrutar de tantas cosas sencillas, como ese "desfiles de rosas" que entre todas las flores, son mis preferidas, y que su aroma son caricias para el el alma... Encantada de volver a visitar y dejarte mis huellas. Saludos, Gerardo.

 

Cuando todo resulta bello es que nosotros por dentro estamos muy bien. Hermoso poema Gerardo. Un saludo. Paco.

 

Muchas gracias Mar que gusto volver a recibirte por mis letras, me alegra que te haya gustado, un abrazo, saludos.