Desiertos

Existió donde el Sol y duna eran uno,
donde el desierto seco se cortaba de sed.
No habitaba nada y dos granos de arena
se encontraron en la luz,
en la noche, en la amargura y la devoción.
Y así unidos crearon un mar de recuerdos,
de caricias y besos al eterno vacío.
Existimos donde hubo veneno,
[I]¡dulce y bendito veneno![/I]
[I]dosificado, creó la perfecta adicción.[/I]
[I]Pediste ser sal de mar y recorrer mis pies,[/I]
[I]pediste una mirada en el olvido.[/I]
[I]Existió la aureola que nos rodeó,[/I]
[I]la promesa de saciar la sed.[/I]
[I]Somos desierto seco,[/I]
[I][B]somos niños, deseando ser sal y mar[/B][/I]
[B][I]esperando que en algún momento[/I][/B]
[B][I]nos eximan por separarnos tanto tiempo.[/I][/B]
[B][I]Ya en la distancia.[/I][/B]
[B][I]somos veneno que no puede salir de la piel[/I][/B]

 

Cuando ese bendito veneno se concentra en la piel,
solo el amor profundo y bien cuidado es el antídoto.
Placer leerlo querida Amelia, gracias la oportunidad.

 

Le agradezco mucho. Un saludo

 

Que belleza.
saludos.