Desnudo y solo

Es mi voz que grita desde la lejanía del silencio,
la que atormenta tus sueños y te provoca lágrimas.
También son mis manos cargadas de enojo y de deseo por tu cuerpo,
y son mis ojos llorando a los ojos tuyos,
Mi garganta que sangra. Otra vez.

¿Por qué escupiste en mis orejas, arrancaste mis ojos y bebiste de mi sangre?
No veo con claridad en mis pesadillas
si sigues siendo el ángel desnudo que acariciaba sin pudores
y que mojaba con suspiros,
o si solo queda de ti
aquella triste marioneta de sus heridas del alma.

Solo escucho los mares
que se rien tiérnamente
de mi sonrisa marchita
y mi inocencia ultrajada por la mentira.

Estoy desnudo y solo. Otra vez.