Despedida de soltero

Me han disfrazado de momia y me han soltado en la plaza,
ésto es lo que ha de pasar todo tonto que se casa.

Yo no quería despedida y los compis me han liado,
me han vendado hasta las cejas y me han dejado tirado.

Ya es de noche y doy el cante, la gente me está mirando,
se reunen en corrillos mientras van cuchicheando.

Empiezan a rodearme unos seis o siete mendas,
y yo sin poder hablar con las puñeteras vendas.

Intento salir huyendo pero no llego muy lejos,
camino como un robot todo tieso y sin reflejos.

Me están llevando en volandas, si es que a mi todo me pasa,
nos dirigimos al rio donde me espera una balsa.

En el mástil bien atado voy sorteando corrientes,
ya llega la catarata, que cerca se ve la muerte.

Un escollo a quince metros destroza la embarcación,
¿cuántos huesos me habré roto? y ahora viene lo peor.

Caida de treinta metros, yo ya me he visto en la gloria,
después del Salto del ángel viene el Salto de la momia.

Medio roto pero vivo a mas de cuarenta millas
me encuentro con mis colegas esperándome en la orilla.

Se descojonan de risa, todo ha sido una gran montaje,
como no hay luna de miel ya disfruté del viaje.

Muy divertido chavales pero preciso unas curas
que me he dejado en las rocas gran parte de la asadura.

Cachondeo en el hospital y mi osita me ha dejado,
para ligarse al doctor dos miradas le han bastado.