Despeñaperros

Cruce el mapa en un tren

cruce cansada, de norte a sur.

Siempre en Despeñaperros

se me encoge el alma;

cuando entro porque entro,

cuando salgo,

porque se quedan jirones de mis suspiros.

Cambia el color en mis ojos

y en mi corazón.

La lluvia y el frió

son distintas para mi en el sur.

Jaén, tan parecida a Castilla, me atrapa,

es la frontera en mi alma:

Córdoba me embruja,

me llena de ensonación la piel,

no quiero irme de entre sus casas,

me acunan sus olivares

como en mi niñez,

sus calles tienen las leyendas

grabadas en mi recuerdo;

su calor en mi espalda,

su frío de aguja en mis manos,

su cálido aliento en mi garganta.

Cuando diviso Sevilla

la luz siempre es mas intensa,

mas clara.

De noche la luna es luz,

tiene bombillas incrustadas.

Al amanecer el sol es rojo,

como la vida,

naranja como la esperanza luego;

fuego vivo al medio día,

luces frías en enero,

pero siempre parece fuego

dentro de mi alma.

Su aroma va de fuera a dentro,

de recuento en recuerdo.

Toda mi añoranza por Sevilla

se encierra cada primavera

en los sobres esperados

cargados con azahar

que me envía mi Hermana.

Sevilla es Ella

mi amor, mi sueño.

Es así en sus leyendas

contadas por mi tía

recorrida por mis pies,

soñada en la distancia.

Así la recuerdo

entreabierta en mi imaginación

y sus murallas,

en mi vida

y en la distancia

en mi piel para siempre tallada.

 

Gracias por tus palabras Sergio
Un abrazo
Maria

 

Vivencias que se disfrutan y resurgen cada vez que se cruza la línea marcada por el desfiladero de Despeñaperros, un hermoso canto para Andalucía viva.

​

 

Un placer que te guste lo que escribo
Un abrazo fuerte
Maria

 

Un regalo tus bonitas palabras, Palmira
Un abrazo
Maria