Después del verano

DESPUÉS DEL VERANO


Sobre la playa quedan las piedras esféricas,

calaveras compactas que recuerdan

las jóvenes cabezas sonrientes de las bañistas,

con las caracolas infinitas al oído.

Ellas trataban de escuchar la eternidad

y millones de años cuajaron sus sonrisas.


Pero busquemos debajo de la arena;

allí las leves huellas transfiguradas

en gérmenes de muchachas nuevas nos esperan.


La música de su pausado crecimiento

se distingue -pero sólo en determinadas noches-

del bronco respirar de otras aguas.

Yo las percibo y mis éxtasis son como algas renovadas,

cabelleras glaucas que quedaron oxidadas

entre mis dedos ya ancianos,

en nuestro icárico volar hacia la nada.


Mis recuerdos se hacen rocas

que van puliéndose con con el aleteo de cigarras extranjeras.

Finalmente es Castilla, tan pétrea y áspera,

quien renace junto al mar.


Sólo los peces, con su secular silencio,

cantan las bellezas de la nueva tierra.

Y bajo las aguas, el fondo se hizo sangre

y quiere habitar entre nosotros.


Arduo empeño.


(Ilust.: Fotomito de Michael Koven.)

 

Poesia de agasajo que se ahorquilla en las cenizas de un
pasado inmediato y solemne. mar frente a la realidad
de la tierra, retener entonces los ojos en el paraje de las
sensaciones concebidas. felicidades. magnifico desde
la sencilles hacia lo elevado. luzyabsenta

 

Muchas gracias, mi estimado compañero. Tus visitas siempre comportan un aplauso estimulante. Cordialmente,
miguel

 

Hola, Dulcinista. Te agradezco sinceramente tu visita y tu generoso, muy generoso, comentario. Recibe mi más cordial saludo,
miguel

 

Gracias una vez más, Carlos, compañero. Qué serían de mis fláccidos versos sin la energía de tus comentarios. Un cordial saludo,
miguel