Destierro

En mi dulce destierro, entre glicinas,
arreboles alumbran mi almohada,
los ronquidos presagian marejada...
guarrean el balcón las golondrinas.

Necesito mi set de anfetaminas,
unos churros con leche condensada,
que el bífidus realice una machada
y yacer entre orgasmos de heroínas.

Declino ser el prístino profuso,
disuelto en circunstancias circunspectas
cual pátina embarrada por patanes.

Yo soy el Satanás que te los puso,
el botox repelente que te inyectas
y el pánfilo que esnifa tulipanes.
~•~
​

 

Madre mía, qué soneto nos salió...
A ver si alguien es capaz de descifrarlo, jajajajaja

 

... Ya te dije que había que cambiar de camello.
No importa si lo descifran o no, no todo el mundo tiene los superpoderes que vienen como efectos secundarios de las vacunas.
Es un soneto que solo le gusta a los mejores.