Desvelo

Porque ni cuando siento ni cuando pienso
puedo estar segura de que sea así.
Si no confío en lo que siento
y lo que pienso me traiciona.

Entonces solo encuentro salvación en el verso,
que me hunde, me aleja.

Despeja, por lo menos intenta.
Y llega el norte con sus felicidades que aquejan.

Odio lo que escribo
porque cada vez que lo leo muero,
las letras agrupadas me intimidan
y no encuentro otra forma de organizarlas
que en el segundo.

 

Es una sensación que nos ha tocado en muchas oportunidades. Escribimos lo que sentimos y cuando lo leemos resulta ser algo que a veces no vivimos, o no lo estamos viviendo en el momento...

Saludos!!!!!