devoción

Las páginas parecen sangrar
en cuanto las lees.

¿Cuántas verdades y mentiras
pueden contener las letras?

No lo sé, ni me importa.

Me basta tener carne con patatas y cerveza.
Es la única preocupación válida,
aparte de una vecina de lecho,
que sepa modular sus gemidos.

Allá los acuerdos de Sión,
o las luchas,
o libros rojos...
puras mentiras
que confunden coincidencias
y consecuencias,
histerias que en la calle,
no sirven ni para obtener un peso.

A menos que seas mozo de un hotel
exclusivo para extranjeros,
donde los restos del buffet
significan cuatro noches de comida.

O una mozuela de habitación,
dando servicios extras,
por unos billetes verdes.

¿Dónde puta están los discursos
que pregonaban orgullo e identidad?

Hasta la servidumbre siempre,
repitiendo un coro estúpido
de respuesta a un líder
todavía más estúpido.

Claro, que trabajar ocho horas,
es esclavitud pagada.
Mientras por un pan hacer fila ocho horas,
es libertad con dignidad.
Pamplinas.

La conspiración de los hechos previos,
se enredan con las justificaciones posteriores
en las teorías de conspiración...
sucias telarañas
para esconder la verdad.

Mi querida Tanya.
¿Cuántas veces hice caso de tu mirada,
mientras desconfiaba de tu palabra?
Fueron tantas noches
cimbreando en las hamacas
bajo los cocoteros.

Los tontos útiles son felices
hasta que son eliminados
cuando dejar de servir.
¿Cuántos dejaste que se llenen de frío?
¿Cuándo pensaste en mí como un estorbo?

Ambos seguimos rutas diferentes
lo que descubrí con tu última foto dedicada
apenas cubierta por una seda
a contraluz.

Si acaso existe el honor,
o la obediencia...
o la devoción...
no creo haber encontrado
algo similar
a esas noches de entrega
bajo consignas guerreras.

Me marcaste la espalda
con la misma intensidad
de mis empujes.

Nuevas cicatrices se han sumado
en el camino,
pero ninguna ha borrado
la tuya.

 

Cuanta inspiración amigo dragón!!! En verdad te he estado leyendo. Ya sabes no soy buena comentando. Gracias por compartir. Saludos y abrazos.