Devórame otra vez...

Anoche lo pasé divinamente.
Como dijo Charles Monty Burns:
¡ Excelente !
Dirigí su central nuclear de Springfield.


Vinieron a visitarme las ninfas de Judea.


Mostrándome morbosas lecciones de Solfeo.
Sinfonías tontas de Walt Disney...
Dibujos animados que escucho o leo.
Su dinamismo veo. En mi mente, mientras medito.





El confeti y el tutti frutti, están hechos de pedacitos.


Armaba yo el mosaico bizantino.
Puzzle o rompecabezas.
Las mozas recias brindaban con exuberantes,
a la par que espumosas jarras de cerveza.


¡ Chin-chin ! Pedían salchichas.


Nihilismo y ateísmo de Friedrich Nietzsche.
¡ Dios ha muerto ! Exclamaba el loco, por la calle.
¡ Dios ha muerto ! Busquemos el mero detalle.
Pues cada ingrediente cuenta, en la ensalada.


Crujientes, frescas y alimenticias eran las hadas.

 

Me ha gustado ese tinte surrealista y de escritura automática. Felicitaciones.

 

Vaya festín, muy interesante y ameno poema, un gusto leerte nommo.

 

¡ Gracias, compañeros !
Me gusta compartir mis pequeñas aventuras de explorador selvático.
Me encanta la Madre Naturaleza, con sus seis elementos ( ¿ O son ocho ? ).
Aire, fuego, tierra, agua; madera, metal; electricidad y magnetismo.


Y así, masculino y femenino ( Ánimus y Ánima ).
Como compensación de la Realidad.
Es decir que la hembra se adorna con el arquetipo de padre.
Y el macho lo hace con la figura materna.


De ahí que el novio vaya buscando en la novia, a su padre.
Y ella, en él, a su madre.


Y eso es vida. Es un soplo, pero también, un milagro.
Con lo cuál, surge la incógnita. La X creadora.
¿ Quién eres, qué haces aquí, por qué te diriges a mí, de dónde vienes ?


Y así, los reinos animal, vegetal y mineral.
De tal modo unidos, que evidentemente, habrá alimentos.
Nutrición, relación y reproducción.