Día de lluvia

Solo quiero escuchar el leve susurro de las gotas cayendo,
quiero escuchar tu canto, aún estando sordo, creeré oírlo,
vencer el olvido y no volver a escuchar el silencio,
que me recuerda que precisamente hoy no estás conmigo.

Hoy que es un día nublado y que necesito tu abrigo
aquel que con su calor me enamoró y que hoy no tengo,
el por qué de todo, ahora me resulta bastante sencillo,
que sin irme con rodeos, lo explicaré con un simple te quiero.

Mientras las lluvia va formando un río que no se donde para,
siento tu mirada que me llega al alma, a lo lejos,
y cuando una mirada habla es mejor que callen las palabras,
porque acierta a la primera sin necesidad de un segundo intento

Las gotas me miran con ojos demasiado fijos e interrogantes,
queriendo que se esfumen con su compañía hoy en día mi soledad,
porque ve en mi mirada un amor precioso aún estando distantes
quieren bromear conmigo y alejar de mi toda seriedad.

Las gotas quieren dejar de ser agua y convertirse en voz,
ser eco y recordarme aquellos instantes de nosotros dos,
y cada una de ellas gritan que quieren ser un recuerdo
de aquellos momentos que sin duda me parecieron perfectos.

Mis dedos no acarician tu pelo y la lluvia acompaña ese sentimiento
mis ganas de hacerte dormir las tengo que guardar por dentro,
a la espera de aquel día de nuestro pronto reencuentro,
momento que apreciaré y lo viviré a compás lento.

El frío empieza a calar mis huesos con un toque de cariño,
el viento sopla a favor pero aún no sé hacia qué camino,
uno de ellos ve el mañana y me saca una ligera sonrisa
otro refleja en el espejo del presente que no estás conmigo.

Y me duermo escuchando las gotas chocando contra el suelo,
y cuando despierto pienso si las voces tan solo eran un sueño,
me vuelvo a enredar en las sábanas pensando en mi amada,
y me río como loco y te hablo cosas bellas, pero eres mi almohada.


Rudy Soria Tircio (RST) 6-05-2012​

 

Conmovedor, un poema inmenso, estupendo trabajo soberbio.