Día LXI

Gritaste, ¡carpe noctem! ¡carpe noctem!
Estúpida, mema, idiota, patosa, ridícula.
No hay futuro, y ya no quiero pasados,
ni raíces de estrellas, ni de vos de tu voz,
no, no quiero los frutos de la conciencia, ya no te amo,
y las flores viajaran todas solas, estúpidas, idiotas.
Túmbate mema, tranquila, duerme toda la vida,
túmbate y se una tumba, ojala no renazcas,
pero tranquila, que tu haces eterna a la noche,
la vuelves silenciosa, lagrimosa, negra y hermosa,
no lo haces solo hoy, lenta, lenta, muy lenta eternidad ofreces.

Y si olvido los nombres, que no sean tus animales mentiras las que muerdan mis medias,
voy a ser nostalgia de perfume, imperceptible.
Pero vos, vos tenes que ser una tumba, por favor: se una tumba.
Van a florecer nuevas promesas, no tocar, no abrir sin preguntar,
y va a dar igual caer o levantar el sueño, lo divino se va a esparcir hasta los ojos
para que brille el tiempo perdido, para que al fin muertos nos llenemos de vida.

Aunque esta noche, que era tu noche del carpe noctem,
sea eterna e inútil,
yo estaré mañana, si es que llega el mañana,
pintando el sol,las nubes, la soledad.
Un día, otro día volverás a hablar desde la tumba y otra vez con las piernas cerradas a mi.

 

A pesar de algunas palabras ácidas me gustó tu poema.
Grata lectura. Saludos abcd.