Día LXIV

Todas mis cosas están cerradas a Dios, a vos,
lo que yo creo, del verbo crear, son falsas susceptibilidades,
si el cuerpo no me pertenece tampoco me van a pertenecer los sueños.
Todas mis cosas son casas donde descansar,
tengo pocas esperanzas en el destino y duermo menos de lo necesario
pero amo el café y el hacer listas de necesidades, gustos y superficies por destrozar.
El amor o la hebra que se ensarta en la aguja del pecho no tiene forma, no tiene cualidad ni decencia,
uno trata de unir, pero coser es arreglar. ¡Qué simple! Si, ya es muy simple y vana la realidad de mis ojos.

Todas mis cosas están creadas por mi yo creador,
tantas personas indeterminan mi esquizofrenia
que el arte es único receptor sano de lo que no soy.
Es puro y es indestructible que sea infinita la soledad del que solo se acompaña,
es triste e insondable la forma del éxtasis cuando unas manos te calman, te curan,
y es triste y es insondable el miedo que da cuando esas manos se van.

Todas mis cosas están abiertas, son puertas al exilio de mi luz,
quiero quedarme lleno de oscuridad donde a los libros, donde a la música no voy a abandonar.

 

Profundidad y melancolía que sobrecogen amigo...
Muy bello leerte...te abrazo con todo mi cariño...