Día LXXIX o el axioma impreciso

Tu rostro, plétora de luz,
es lo mas dulce y tierno entre lo tierno y dulce.
Tus ojos de ameba herida caminan el espacio con exhaustiva gracia,
tus dedos, entre los dedos blancos son más puros y blancos que el blanco mismo.
Un bálsamo ofrecen tus labios
y estás lejos, lejísimos de todas las estrellas,
y brillas,
y yo soy inevitablemente tuyo.

Tus manos son el sonido de la calidez,
tan tristes tus pies son raíces que se afirman en mi pecho.
Yo no soy de inventar días alegres
pero te sonrío si me sonríes, si lloras, si existes.

 

Fantástica creación espectacular.
Bello trabajo.

 

bello escrito, grato pasar a leerte compañero, saludos

 

Desgarradora entrega amigo... es precioso...
Grato leerte cada vez...te abrazo con todo mi cariño...