Día XCVI o un poema horrendo con un poco de amor

Indago tu silencio,
no es amor,
tampoco es un abrigo perdido,
ni una falta de frío,
eso si, si hiere y pesa,
pero es un peso muerto
como animales disecados en la consciencia.

Hace tiempo no pienso en la idea de felicidad,
si yo fui triste a tu lado
es porque triste ya soy.

Nunca me deshice de los fantasmas,
de las palabras que se dicen por decir.
Hay experiencias que es mejor olvidar,
como los poemas, como despertar y arrimar la cara contra un cristal.
De esposas,
de grandes azahares,
de bellezas idílicas,
de todo elegí para actuar en consecuencia de lo que imaginaba en ti.

Si el dolor es compartir,
¡salud! ¡ficción y amor!
Un guiño sin talento es tierno,
sol de invierno tu me hacías sonreír.

Que se yo, esto del apego no tiene metabolismo real,
estoy seguro que de saberte alegre me alegraría,
y de igual manera lo haría si tu has llorado en alguno de estos días.

 

Profunda la cercanía que descubren tus versos y nítida en su fuerza expresiva...es aquello lo que disfruto de leerte amigo...
Te abrazo con todo mi cariño...