Diario 2

Si mi mamá era la mala mi papá era el bueno. Nos dejaba hacer lo que nos diera la gana. Eso sí, debíamos estudiar o trabajar. Con todo lo que tenía mamá, dudo que fuese capaz de cerrarnos la puerta de casa para que pudieran disfrutar ella, su pareja y los hijos de su pareja, cosa que sí ha hecho Papá. Papá no es tan bueno. Sobre todo porque pese a vivir con su pareja y sus hijastros en la que fue mi casa, eso no le impide quejarse de que sus hijos no le atienden lo suficiente. Él es un buen hombre. Papá es un hombree dedicado y sensible. Pero ¿Cómo un hombre que nos expulsa de sus vidas puede al mismo tiempo celarse tanto?. Papá se parece a mi ex que por cierto se llama Aida. Él es explosivo también y coincide que ambos nacieron en la misma zona de la ciudad. Coinciden también en que pueden llegar a ser muy transparentes en algunos temas y en otros mentir impasiblemente. De todas formas, las mentiras de Papá las he entendido como piadosas e incluso maduras. Por ejemplo, cuando salía con Aida, Papá decía que le gustaba esa chica pero cuando corté con ella me dijo que la detestaba. Entonces no sé que creer. El podía haber sido honesto conmigo desde un principio. Es posible que no nos entendamos bien o que él sepa algunas cosas que yo no. De todas formas, esa conducta de ocultamiento dificulta que tengamos la relación que deseo porque mientras actúe así seguirá viéndome como un niño. Y el paternalismo conduce irremediablemente al sometimiento. A estas alturas de mi vida sería terrible. En el sometimiento también se asemeja a Aida.
Durante los últimos años he pillado a mi padre en bastantes mentiras de lo más egoístas. Me resulta imposible creer que todas se justifican por su grado de madurez. Digamos que algunas podrían ser consecuencia del dolor por la muerte de mamá, como el dice. Pero francamente le veo mezquino.
Hace unas semanas me dijo por teléfono que había ofrecido dinero a mi hermano para ayudarle a comprarse una casa. No resultó ser así. Me cuesta confiar en Papá. La verdad es que creo que quiere joderme. Creo que en él es una forma de entrenamiento. Me permitía faltar a clase porque sebe que la pura existencia ya es un reto. Eso sí, tenía que ser económicamente independiente. Por eso no le cuesta trabajo negarme la entrada en su casa. Pero ¿hasta que punto esa fuerte independencia resulta saludable en una familia?. ¿Cuánto se puede querer a una persona que se distancia de ti tan salvajemente? si el amor continúa es una gran prueba de su férrea existencia. Esos complicados abrazos que me daba mamá tras ser dura conmigo y que a mí me asqueaban son los mismos que quiere darme Papá. Pero yo no abrazo a ladrones y mezquinos. Su reacción, el chantaje emocional. ¿Cómo voy a quererte si no me abrazas?. El discurso podría alargarse infinitamente pero sencillamente no me sale. Me siento como un padre que tiene que abrazar a su hijo que no para de joder. Y es realmente jodido ser Papá. Yo no elegí ese puesto, pero viene con el de hijo me temo.

 

Muchas gracias