Diciendo adiós

Mucho tiempo tardé en reconocerlo, el saber que sin tí estaba muriendo,
evitaba caer bajo el encanto de tu pasado, mi corazón se despedazó desde tu partida.

Tú fuiste una luz para mí, lentamente sin notarlo se fué apagando,
y mi corazón no aceptaba dejarte ir, porque te amaba, lo hacía de verdad.

Estaba reacia por ese amor profundo y cálido que fue hace varios años,
pronto descubrí que por tu sombra no miraba ni el ligero asomo del día,
me cansé y me obligué a mí misma a creer que no existías
y continúe con mi vista tenue, solo veía tonos grisáceos.

Estés donde estés busca lo que quieras, búscame si es posible,
ya tengo otro nombre y otros aires aguardan mi futuro
porque así lo decidiste, ¡vete!, quédate como estrella distante
sé valiente, enfrenta a tus remordimientos en tu soledad.

Ahora me doy cuenta que te amé, me aferré a tí, puedo aceptar que no estés y ni estarás conmigo
sanaré, lo sé, porque estoy decidida por completo a olvidarte, mi amigo: el tiempo, él me ayudará
sin embargo, te odio porque me arrebataste mi precioso regalo que a nadie volveré a dar:
mi primer amor, algo que jamás te perdonaré y lloro por esa sombra del recuerdo.

 

A veces es mejor decir adiós para dejar de sufrir.
Bello escrito nos compartes. Grato leerte. Saludos.

 

Siempre hay que luchar por salir adelante mi bella Sofia,
me encanto su poema, de cierta dulzura y emoción vana romantica,
dura y melancolica...

reciba un abrazo de mi parte y mil bendiciones...​