Discurso nocturno-.

De lo rotundamente podrido,

ruedan inmensidades, terciopelos

heridos, de lo nocturnamente acogido,

sueños bendecidos, diálogos fortuitos,

de lo inesperadamente abarcado

hasta el final de la estirpe.

Ruedan, sí, carpetas vigiladas,

sueños en frascos diminutos, como

fetos aniquilados por el polen marchito;

y esa infinita ansía de empobrecer la lengua

propia.

Bosques interminables, familias de árboles,

herencias crepusculares, de lo que una noche,

fue auxilio o grito. Se funden en mi boca,

los pronósticos de las hordas fulgurantes.

Entonces, y cuando no hay fronteras,

la niebla extiende su saco de arpillera,

hasta la inquietud de un martillo con su torreón

altivo y desgastado.

Sutilmente, la melaza de la fruta amarilla,

desplaza también su insigne material verde.

Y es la mañana que vuelca su desinterés

sobre mis pechos-.



©

 

Excelente, querido amigo Ben, una sustanciosa lectura, enhorabuena. Saludos.

 

Gracias Tribuzen, saludos!

 

Solo un nuevo día pudo detener esa avalancha de imágenes nocturnas. Un sbrazo, BEN.

 

Un saludo mi estimado amigo, y gracias-.

 

Imágenes potentes que atrapan querido amigo...
Un gusto leerte...cuídate mucho!!
Te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

 

Hola Nancy, muchas gracias por el afecto recibido, suerte y cuídense mucho, igualmente, abrazos!!

 

BEN, me gusatan la familias de los árboles,
siempre un lujer leerle,

Abrazos de colores en la distancia,

 

Gracias Miguel, saludos!

 

Gracias Rosmery, saludos!

 

Gracias Luz, guía, un abrazo!