Diseñando

Desde la cuna al lecho, un suave viento
llena en única ráfaga el instante;
y, en ella, sólo es vivo quien, constante,
con el cambio interpreta el movimiento.

Hasta en tan breve senda, algún momento
perderás tu camino en la distante
ignota selva oscura, como el Dante,
presa exhausta del cruel abatimiento.

Pero no dar la ruta por perdida,
ni dejarme caer en el abismo
de la desesperanza, es mi partida.

Pues no hay más ingeniero que uno mismo,
mientras crece a lo largo de la vida,
diseñando su propio cataclismo.

José Benito Freijanes Martínez​

 

Muy buen soneto, aristotélico el primer cuarteto. Tu ingeniería es todo un arte. Un gusto leerlo.

 

Muchas gracias, Luciana. Se suele decir que lo que le pasa a uno en la vida es la cosecha de lo que siembra, pero no siempre es así. Lo que siempre es un placer, es leerte a ti por aquí. Un saludo.

 

Maramin, es casi un milagro verte por mis versos, y me alegro que hayas aparecido porque eres muy bienvenido. Muchas gracias por ello y también por tu sugerencia, Maramin. Me lo apunto.

 

Muchísimas gracias, Isabel. Me alegro de que te haya gustado el soneto, sobre todo el fondo. Es el ejemplo de que cada uno se labra su futuro. Te mando un saludo muy afectuoso.

 

Muy buenos versos, sobre todo para el que nace en una favela (broma).

Saludos maestro.

 

Muchas gracias, Maroc. Saludos a ti también.