Distancia y caminar...

El destino del caminante es no parar de caminar, fatigarse al sol, vagar desnudo en alma sin mirar hacia detrás, escabullirse en las esperas, dibujar en el camino quimeras imposibles de alcanzar, retozar en las noches estrelladas con el suave despertar de mirar al cielo y...soñar.
El más allá no es fácil de encontrar, hay que mirar al interior del alma recordando todo aquello que se ha perdido en el discurrir de la vida, la inocencia, la humildad, la pulcritud de los sentimientos que ya no volverán, los lloros sinceros, las sonrisas abiertas y los miedos sin causa.
Y es cierto que el polvo ensucia los zapatos que nos ayudan a avanzar y los pies sudorosos que desgarran distancias ya superadas, alivian nuestras penas que se van quedando en el camino del olvido, cerradas y silenciadas por la voz misteriosa del arrebato en que se envuelven los besos que aún no se han dado. Y así, desprendiéndonos de retales, avanza nuestra vida, y el cuerpo se fatiga pero engulle experiencias que amamantan el desvelo de unos sueños no conseguidos y guardadosen el fondo de los corazones de aquellos que nos han querido y a los que no hemos olvidado.
Los seres queridos, extraña especie en riesgo de extinción, son quienes mantienen viva la esperanza en nuestro regreso, quienes lloran por la noche nuestra ausencia y sucumben al desarraigo de saber que no somos libres, que estamos amordazados por el discurrir de los años.
Y los recuerdos son efímeras vivencias de un pasado, aclamadas torturas de un final inacabado ceñidas a la memoria con la fuerza de los vientos que esparcen, en nuestro interior, pasiones perdidas en el recodo de los cruces de la vida, cristalinas metáforas fagocitadas por la cruel realidad en que se transforman las aspiraciones de sonreir en las tangibles formas de llorar.
Aún pensamos que existe una quimérica solución al problema del amor; no, somos bocetos de un desamor constante que fluye como rio de cada uno de nosotros. Amar, caminar, distancia imposible de abarcar.

 

Amigo mio, no sabes cuanto me gusta leerte! En unos dias te has convertido en una de mis personas favoritas. Me encanta esto que has escrito es tan bello y profundo y de verdad que te obliga a pensar. Besos, abrazos y millon de estrellas solo para ti.

 

Gracias querida Winter por tu afectuoso comentario. Me agrada muchísimo que te guste y que me tengas por una de tus personas favoritas, eso para mí es un lujo. Besos desde España, también, solo para tí.