Dolor ausente

Llora, llora conmigo dolor ausente,
tú que me abandonaste por conveniencia,
apenas aprendiste a volar conmigo
convertiste en fuego lo que fue mar.

Y si la llama de la razón ya no enciende
puedes considerar tan venturosos tus días
recorriendo los mundos descalza y desnuda
porque los ojos del hombre ahora son ciegos.

Y tú, que eres amiga del odio y la maldad,
desprenderás de algún nombre la claridad
y podrás ver al cielo, la tierra y los abismos
y comprenderás la oscuridad que te aguarda.


car_loz_sic@hotmail.com

 

Esperemos que sepa ver el agujero negro que tiene ante sus pies.
Me ha gustado tu poema, felicidades.
Un saludo