Don Gato

Mancha de pintalabios la copa,
me mira y se muerde la boca,
don gato, este es el trato,
juguemos a la guerra en mi cama,
¿y quien domina a esa gata?
¿será el alcohol?
¿o el humo que flota?,
se distorsionó la realidad,
solo recuerdo labios rojos como la sangre,
ojos verdes mirándome fijamente,
mientras que gritaba, dame más, dame más,
esa gata se volvió parda,
perdí mi alma y no la pude encontrar,
me dejó sus marcas en la espalda,
paseando otra noche más por esta gran ciudad
la pude encontrar,
esos ojos me volvieron a mirar,
sus labios sacaron una sonrisa,
iba con otro gato de uñas largas,
entre en el mismo bar de la otra vez,
volví a pedir lo de siempre,
un cigarro consumiéndose,
paso por mi lado diciendo: "eres mi presa",
dejando su inconfundible perfume,
me sentí como un ratón acorralado,
¿que te pasa don gato?, el espejo te habla,
ya es por la mañana, ¿no recuerdas nada?,
y perdí el rastro de esa gata,
que jámas pude olvidar.​

 

Pasión y espejismo de amor finalizado antes de haber empezado. Grata lectura. Saludos.

 

Gracias, me alegro que te haya gustado.

 

Original y bella manera de contar ese encuentro de pasión y algo de amnesia, me ha gustado amigo poeta. Un abrazo. Paco.

 

Muchísimas gracias. Me llena mucho que lo veas como algo original y bello.

 

Te digo lo que la otra vez, cuidado con esas comas finales que las carga el diablo y te vas a disparar tus cañones Phalanx en los pies. Te encontré un ejemplo, magistral por supuesto:

Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
pregunta mi alma: ¿de quién,
de quién son estos olivos?
​

Vaya empiece amigo, estás aterrizando como un bombardero Stratofortress en la cubierta de un portaaviones Naruebet. Lo sentimos, el Príncipe de Asturias esta hundido. Saludos.

 

Pelea amorosa entre gatos.Ingenioso poema,un cordial saludo,Sandra.