Don quijote, llevadme a tu lugar

Cabalgó en el filo de la nada

batalló en las landas sin batallas

ya sin peto pero muchas bragas

acumuló la gloria de sus llagas.


Don quijote, caballero eterno

paladín de épocas sin gloria

hombre férreo, héroe tierno

llevadme siempre en tu memoria.


Porque soy como tu escudero

que desenfunda desesperanzas

como esclavo del derrotero

donde la vida no da chanzas.


Cargad mis penas gentil señor

mostradme un futuro mejor

sé mi guía, sé mi mentor

no dejéis que muera en el dolor.


De ojos buenos es tu mirar

tu comparsa para mi es toral

tu decir es canto de juglar

hombre bueno, amor total.


Levantad el espaldar caído

arremeted contra los gigantes

haced batalla como no habido

con virtud y nobleza garante.


Llevadme por fin a tu lugar

donde las noches son serenas

donde las derrotas son buenas

y nunca se acaba de llorar.


Andrés Romo



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Muy bonito...
Descanso eterno, ¿ Verdad ?
La Paz del Momento extenso.
Hay de todo, en la viña del Señor, pero queremos saber cuánto mide toda la finca.
Y así, descansar. La finca mide lo mismo que un cuarto de hora.
Pero hay que vivirlo. Vivenciarlo.


Todos estamos fundidos, en cada Momento. Y ése es el quid de la cuestión.
Es decir, que no tenemos una identidad muy marcada.
O una personalidad notoria y definida.
Sino que estamos mezclados, los unos con los otros.
Como si fuéramos pedazos, en una ensalada fría y crujiente.