Dónde está el límite entre el sueño y la realidad

¿Dónde está el límite entre el sueño y la realidad?


No existe, aunque sea más fácil creer en la realidad que se palpa, somos sueños, somos ilusión, algo mágico, algo tan grande que cuando tomamos consciencia de ello, apreciamos el oxígeno puro, la brisa acariciando nuestro rostro, el silencio que cubre el espacio y siendo una pequeña parte de un todo, aunque pueda parecer insignificante, somos parte de algo grandioso, algo que nos acaricia y nos demuestra que es partícipe de nuestra vida.


Es el cielo en su extensión y con sus gotas de rocío, él que nos hace poco a poco sabios de nuestra vida.


A todos nos va llegando el deseo y la superación para ser más espirituales, porque es la felicidad de la vida y cuando llega es casi imperceptible, vamos tomando consciencia de la capacidad que tenemos de ser seres libres y nos acercamos más a nuestro ser, siendo ese hecho el mejor regalo.


El hecho de volvernos a encontrar con nuestro ser es revivir nuestro nacimiento, ya que partimos de la base que somos la inocencia pura, siendo un espíritu transparente, siendo la esencia de la vida.


Es así, tan simple y tan lleno de gozo, el milagro de la vida.


Autora: Mayca

 

Hay dos respuestas pero para la primera hay que ser sociólogo, filósofo o psicólogo, y ninguna lo soy. Otra mas simple, más peatonal, cuando ese maldito mosquito te pique y como Beatrix Kiddo, te despierte.

 

Bien servida la respuesta, pues sí, quizás la última es la más real, aunque perfectamente te puedes perder con la primera en esa ilusión óptica que te traslada a algún lado desconocido, donde te mueves por impulsos sin verte afectado por lo terrenal, puede ser muy agradable, gracias por pasarte por mis elucubraciones que hacen que las letras para mí sea algo muy especial, un saludo Cris

 

De psicología no sé pero sí mi ex, tiene una clínica con 20 profesionales a cargo. Ergo, yo la acompañe en cada noche de desvelos, con sus Freud, Lacan, Pichón Riviere y esperandola hasta las 4 de la madrugada con la mesa puesta. Pero ella ya había comido.

 

Debe de ser agobiante para la pareja, esperar hasta la madrugada y encima tener la mesa puesta y que no coma nada, en fín, la psicología es mi asignatura pendiente, algún día retomaré mis estudios, si mi mente me permite memorizar, ya va teniendo lagunas, jajaja, gracias por pasarte por mi espacio, un saludo