Donde la luna alcanza.

Ese punto álgido
donde el ego encumbra
la más alta esfera de versatilidad.

Muero pero no siento.

Aparece ante mi
el espejo y lo detesto,
no eres la belleza que amaba
en silencios de vida,
siendo negra la raya
era verde la palabra,
verde inocencia.

Pero soy y existo fuera de mi
y aún así reconozco estar fuera de lugar.

Ni el oasis de un desierto,
ni la estrella más lejana.

Oigo y la ira me sucumbe
tanta cercanía me desborda
con la podredumbre del son repetido.

Dicen que el amor falta
para enamorarse,
por eso el espejo miente
mi sombra reflejarse.

 

Es verdad existimos fuera de nosotros, muy buen poema, me ha gustado, abrazos fraternos.

 

Gracias Guadalupe. Estamos pero la mayoría de las veces fuera, este mundo loco nos dispersa. Un abrazo.

 

Vaya par de dos que somos, la sencillez nos complica. Por suerte es pasajero cuando se empaña el espejo después de la ducha. Un abrazote cariñoso.

 

Qué sensible y bello se deslizan tus versos querido amigo...
Un gusto volver a leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

 

Ella aquí, con su bella esencia como te cojo y te dejo ir. A veces el amor se disipa en un sentimiento, la fealdad abraza una estrella fugaz en en el firmamento...que se dispersa en miles, tal vez millones de sentimientos. un FUERTE abrazo cielo.