Donde nace el sol

Oh amada mía, pensar que te ibas,
un adiós y quedarme sin tu amor.
No quería ver tu carita de pena,
tu me mirabas y yo te daba el último beso.
Aquellos ojos negros, llenos de amor
que un día me enamoró.
Cuando tu alma era la lluvia y yo el viento
y volábamos juntos mas allá de donde nace el sol.
Ahora en esta última noche, te doy mi ultimo beso,
y tu te duermes en mis brazos.
Y yo te digo: -Duerme amada mía,
en el jardín de las rosas,
no estas sola yo soñaré contigo.​

 

Tierno, triste y buen escrito, saludos Manuel Valero Ayuste.

 

Manuel, es un poema lleno de dulzura.
Un gusto estar presente.
Saludos dejo.