Donde rimo sin espanto

Bendices lo que ignoto me enaltece
con la fecundidad que llena tanto,
restándole a mi muerte su quebranto,
colmando lo que tuyo me apetece.

Me escancias la moral que a versos crece
haciéndose soneto sin espanto;
realzas con tu voz –tamaño canto-
cantando lo que a mí me pertenece.

Le prestas a mi andar rima y calzado,
un poco de mí mismo, paz y abrigo,
la dicha de vivir, viviendo amado.

Bendices con tu luz cuando contigo
la vida se hace polvo humanizado:
arcilla donde a manos me bendigo.

22/03/2022

 

Bellísimo... el soneto, por donde se le mire.
Felicitaciones poeta

 

Muchísimas gracias, Iván!!! Saludos cordiales.
Esteban