Dos almas, sequedades y humedades

Dos almas
(Hablando de
sequedades y humedades)


Llegaste a mí
con tus sequedades
a flor de piel
Dices tú...

Llegaste a mí
envuelta en tus
humedades
Digo yo...

Y sin embargo,
los olores
se mezclaron,
las humedades
envolvieron
las sequedades.

El sabor agridulce-amargo
del café irlándes
cumplió su cometido,
al hilvanar su efecto
en dos almas fusionadas
e ilusionadas,
ambas las dos,
en un vuelo etéreo,
en el transcurrir
la madrugada.

Sin tocarse
Sin olerse
en ese preciso instante.

No importa,
el que,
horas antes,
se tocaron,
se olieron,
se degustaron.









4:57 Hrs. AM
4-12-2011
JV











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