Dos días antes de la navidad

Las gentes viven de la tarde en adelante
te asaltan con sus ojos fiesta voz
ritmo distinto
su ilusión repleta

No les molesta interrumpirte, pedirte, inquirirte, reventarte la calma y el hígado, machacarte los huevos, enruidecerte con bachatas vallenatos reguetones y otras m…

(te creen de los suyos…)

(por las mañanas duermen)​

Se embarcan en proyectos de embellecimiento
En fiebres de bolsas, lacitos y vidrieras,
posesos por no sé cuál de los dioses déspotas
-seguramente alguno madeinseptentrión-
por más que aquí también haya diosxs malxs.

Y yo que ni siquiera para una pinche borrachera tengo
(pero sí tengo libros
que no alcanzan.

Ojalá en lugar de vómitos tuviera uñas para una madriguera.

César dos días antes. 2020.
​

Pd: ¿Y de la navidad alguien se acuerda?

 

En tu escrito mi estimado César puedo admitir que no me gusta la Navidad. Hace años que no entiendo todo lo que se hace y ¿para qué? para quedarse en desagusto con los regalos y la cena...mmmm ok ya lo dejo. Encantada de leerle, siempre un lujo.

Mis respetos en un abrazo enorme de colores,

 

Es que, al menos en Venezuela (no he vivido navidades en otros países). la navidad es una fiesta de lxs niñxs secuestrada por lxs adultxs, Lupe. En cambio el carnaval, aquí, es una fiesta de adultxs (¡Y vaya que de adultxs!) cedida por éstxs a lxs niñxs.

A mí, no es que no me guste la navidad: la navidad es nacimiento, renovación de la vida después de todo. Un niño en condiciones de persecución, de pobreza extrema y de desamparo social (hechos que son invisibilizados y dejados de lado por casi todo el mundo...), logra nacer a pesar de todo, en una gruta inmunda de resguardar animales durante las noches de invierno. Y Palestina (patria de ese niño... otro hecho invisibilizado) es un país donde los inviernos pueden ser muy duros, de temperaturas bajo cero grados.

Debería ser una celebración rebelde. Celebración por el hecho en sí de la vida, pero reclamo por que la vida siga teniendo que avenirse entre tantas injusticias y cochinadas como las hay en este mundo. Y no la vacanal en la ha sido convertida, con la anuencia del mundo.

Te cuento que el día de hoy, por la tarde, voy a ir con un grupo de niñxs hasta la casa de una virgencita de mi barrio que acaba de parir un niño en condiciones de pobreza, de injusticia, de abandono social... como el niño de la virgencita en Belén. Mientras la gente alrededor se gasta la plata en aguardiente y en deprevación festiva, la virgencita de la que te hablo se ve en aprietos para vestir y proteger a su niño recién nacido. Vamos a cantarle aguinaldos y a llevarles un detalle. No somos reyes magos, solo somos pastores, obrerxs... ojalá tuviéramos para cada niñx y no para este solo día, sino para cualquier día del año.

De verdad que me asquea tanto cinismo. Políticxs, empresarixs, curas, gente en general, no sé qué carajos celebran. Tal vez que hayan nacido otros millones más de niños pobres este año, para que sus padres sigan engordando por necesidad a los que ya tienen demasiado, o para que esos niños pronto crezcan y sean también obligadxs -como sus madres y padres- a convertirse en esclavxs de ellxs, de lxs poderosxs.

Disculpa el discurso, Lupe. Es que tengo rabia. Pero no por ti, que tuviste el detalle de escribirme en un poema que pensé que a nadie gustaría. Te doy las gracias por tu sensibilidad, por tu amabilidad. Por tu comprensión. Feliz navidad para ti.

 

Yo pocas navidades he tenido, en mi familia no la celebran. Un gusto leerlo

 

Tal vez sea mejor así.

La navidad en sí es un hecho bonito: es nacimiento (natividad). Lo que celebra la gente los diciembres ya no se sabe qué carajos es.

Quizás sí hayas tenido algunas navidades, solo que no de las mismas que la gente mal-celebra. Pero no debo especular al respecto.

Muchas gracias por tu acercamiento, Poeta.